domingo, 23 de junio de 2013

1 año después y 3 supuestos en total.

¿Qué decir, querido?
¿Qué más puedo decir?
El tiempo ha pasado sobre nosotros sin noticias, palabras, miradas, aliento, susurros ni contacto, novedades, llamadas, cartas. 
Sólo silencio. Únicamente silencio.
Un silencio amargo, triste y solitario. 
Pudimos cambiarlo, pudiste, pude. Pero más que yo, tú. 
Todo estuvo en tu mano siempre... 

Saber manejarlo todo, es la clave.


Felicidades demonio. Felicidades por el tercer año, y uno de silencio absoluto. 


"Quinientos noventa y siete tragos, y aún espero por ti. Quinientos noventa y seis. Te dije que iba a esperarte, quizás mi voz no sonó lo suficientemente convincente. Quinientos noventa y cinco. No me importa el alcohol que corre por mi mentón, por mi cuello, que mancha mi ropa. Quinientos noventa y cuatro. Siento el calor apoderarse de mi cuerpo, pierdo el control, quinientos noventa y tres tragos de agonía y soledad. Quinientos noventa y dos, quinientos noventa y uno, ya no sé si mis manos tiemblan, quinientos noventa. Quinientos ochenta y nueve, o quizás más... quinientos ochenta y ocho. Quinientos ochenta y siete. Ya no puedo contar. Quinientos ochenta y tres, quinientos setenta y cinco. Quinientos noventa y seis, y la botella va a terminarse. Quinientos ochenta y dos. La sensación ya no es tan dulce. Quinientos ochenta y uno. ¿Qué salió mal? Quinientos ochenta. Quinientos setenta y nueve, quinientos setenta y ocho, quinientos setenta y siete. Toco mi brazo tratando de imaginar que es tu mano, pero no lo logro. Ni aún así puedo lograrlo, maldición... quinientos setenta y seis. Sano, estoy sano... setenta y cinco, quinientos setenta y cinco... esto es lo último... y voy a mostrarte que soy un hombre sano...
Quinientos setenta y cuatro. Ya no sé ni qué estoy tragando, yo sólo trago, y trago quinientos setenta y tres tragos de vodka, quinientos setenta y dos tragos de soledad, quinientos setenta y un tragos de odio, quinientos setenta tragos de asco, quinientos sesenta y nueve tragos de frustración. Maldición. Maldición, maldición, maldición. Quinientos sesenta y ocho tragos de whisky, quinientos sesenta y siete de deseos, quinientos sesenta y seis de recuerdos, quinientos sesenta y cinco de vicio y dolor. Quinientos sesenta y cuatro. Quizás cuando termine esta botella funcione... otro trago, quinientos sesenta y tres. Si pude llegar hasta aquí sin perder la cuenta, cuando me duerma seguramente pueda lograrlo. Quinientos sesenta y dos. Quinientos sesenta y uno. Quinientos sesenta, rayos. Quinientos cincuenta y nueve, y desearía poder reírme pero la risa simplemente no sale. Quinientos cincuenta y ocho, quinientos cincuenta y siete... el alcohol inmundo me quema la garganta, me desgarra el estómago, me calienta el cuerpo y me incinera el alma, enciende la distorsión y destruye por completo mis sentidos. Quinientos cincuenta y seis, perfecto... quinientos cincuenta y cinco, sonrío, quinientos cincuenta y cuatro, me seco las lágrimas, quinientos cincuenta y tres... lloro... quinientos cincuenta y dos. Me duelen las piernas, retucerzo los pies, quinientos cincuenta y uno. El piso frío se mueve o no controlo el movimiento de mis ojos, y todo es irreal y respiro, quinientos cincuenta, respiro, quinientos cuarenta y nueve, respiro, quinientos cuarenta y ocho... diez más... quinientos cuarenta y siete, me inunda la excitación, repentina, punzante, agónica, quinientos cuarenta y seis tragos me abarcan completo, quinientos cuarenta y cinco tragos de mierda y desastre, quinientos cuarenta y cuatro humillaciones que me persiguen insistentemente y a las que parezco ser completamente sumiso. Quinientos cuarenta y tres. Quinientos cuarenta y dos, no distingo sabores ni olores ni sabores, quinientos cuarenta y uno, me da igual si las cosas se mueven o están quietas, quinientos cuarenta, no sé si es divertido que las botellas parezcan estar tan lejos, yo no me estoy riendo. Y mis manos son más chicas que antes, o es que mis ojos son muy grandes; quinientos treinta y nueve y yo no sé nada. Quinientos treinta y ocho. Siento el olor del alcohol en mi pelo y no me importa, nada podría importarme menos. Trato de tocarlo y mis dedos se pierden, no controlo mis movimientos y no sé si estoy tomando en realidad o derramando el líquido sobre mi cuerpo. Quinientos treinta y siete. Mis dedos pegajosos hacen un recorrido invisible por mi pecho y mientras trago más champagne, quinientos treinta y seis tragos, cierro los ojos y lo intento otra vez. Quinientos treinta y cinco. Siento el peso de mis pestañas, por las lágrimas y el alcohol y el sueño y el cansancio y quinientos treinta y cuatro kilos de sombra y lástima. Quinientos treinta y tres siglos de pena, de historias que se repiten y yo como un tonto, tomando otra vez, quinientos treinta y dos, quinientos treinta y uno. Quinientos treinta tragos de alcohol. Quinientos veintinueve y otra vez abro los ojos resignado, tratando de engañarme de todas formas. Quinientos veintiocho fracasos míos, quinientas veintisiete victorias tuyas. Quinientos veintiseis más, y puedo asegurarte que eres irremplazable. Quinientos veinticinco. Me mareo, me pierdo, me duermo. Por favor, me duermo. Quinientos veinticuatro. Quinientas veintitrés miserias. Quinientos veintidós, puedo imaginar el ruido del vidrio contra el piso, o es que estoy oyéndolo, quinientos veintiuno, puedo contar las botellas que quedan, quinientos veinte. Quinientos diecinueve y soy tan pequeño.Debe ser que el vino me achica, el mundo no puede ser tan grande. Quinientos dieciocho. Quiero enojarme, quiero odiarte, quiero romperte la botella en la cabeza, en la cara, quiero beber quinientas diecisiete veces tu sangre. Pero no puedo. Quinientos dieciseis, entonces. Quinientos quince tragos de angustia, amargos, tristes. Quinientos catorce, somos inocentes, quinientos trece, somos tan malos. Sómos jóvenes. Quinientos doce. Quinientos once. Quinientos diez.  (...)"

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